Parece que no le hace mucha gracia al papa Francisco que le besen el anillo episcopal. Al menos eso se deduce del video de este lunes en que el pontífice evita que lo hicieran los fieles que se le acercan al término de una misa.
En la grabación, filmada por la cadena italiana TGCOM 24 durante su visita al santuario de la Santa Casa en Loreto (Italia), la máxima autoridad de la Iglesia católica retira, una y otra vez, para impedir a los fieles que le besen la mano. Y no es la primera vez que ocurre durante su papado.
¿Qué es el anillo episcopal?
El anillo episcopal (o del Pescador) es uno de los símbolos tradicionales de la autoridad papal.
El atributo, mencionado por primera vez en el siglo VII, se hizo indispensable hacia el siglo XII. Desde esta época se crea un nuevo anillo para cada papa, el cual se destruirá después de la muerte del pontífice.
En el plano simbólico, el anillo encarna el matrimonio espiritual del papa con la Iglesia. Lo describen bien las palabras que le dicen durante la consagración episcopal: “Recibe este anillo, signo de fidelidad, y permanece fiel a la Iglesia, esposa santa de Dios”.
El beso al anillo del Pescador, conocido también por su nombre italiano, ‘baciamano’, es una tradición que simboliza la pleitesía ante la figura del papa, máximo representante de la Iglesia católica.
¿Por qué el papa Francisco rechaza el gesto?
Como dice Edward Pentin, vaticanista y corresponsal en Roma del periódico estadounidense National Catholic Register, no es la primera vez que el pontífice retira la mano ante un laico que quiere besar el anillo del Pescador.
“Es algo que ha hecho bastante regularmente durante su pontificado, aunque no tan insistentemente como hoy”, señala Pentin.
De hecho, un incidente parecido se registró en el enero pasado en Perú durante la ceremonia de despedida de pontífice tras su visita al país andino. El papa Francisco evitó el intento del presidente de la república, Pedro Pablo Kuczynski, de besar el anillo retirando la mano.
Sin embargo, a inicios de su pontificado autorizaba esa forma de reverencia. Así, en abril del 2014, un año después de la llegada de Francisco, los reyes de España a la sazón, Juan Carlos y Sofía, le saludaron besándole el anillo del Pescador.
Lo mismo ocurrió durante la visita del papa a México en febrero del 2016, cuando no impidió que los gobernadores de Chiapas y de Sonora, Manuel Velasco y Claudia Pavlovich, besaran el anillo. También este mismo año hubo‘baciamano’ por parte del acalde de la comuna italiana de Pellezzano, Franceso Morra.
No en vano, según el programa de la visita del pontífice al Monte Capitolino este martes 26 de marzo, se planean“encuentros de ‘baciamano'” con las autoridades municipales. Queda por ver qué ocurre este martes.
Por su parte, el medio católico InfoVaticano supone que el pontífice evitaba que le besaran el anillo por “una cuestión de tiempo o cansancio“.
No obstante, una persona del entorno bonaerense del papa Francisco dijo a Vida Nueva Digital que el pontífice se opone a los gestos jerárquicos, uno de los cuales es el ‘baciamano’. “Siempre odió este tipo de actitudes. (…) Está harto de que no entiendan que su Iglesia es servicio, nada más y nada menos”, cita el medio a la fuente.
