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junio 25, 2019

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Hiroshima: El testimonio viviente.

Little Boy”, la bomba atómica, lanzada por Estados Unidos cayó en Hiroshima a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945. Ésta era la ciudad más industrializada de Japón en aquel entonces. Esa mañana Hiroko Kishida, de 6 años, estaba en casa con su mamá, su hermano menor y abuelo.

Mientras estaba en el baño sucedió la explosión, se desmayó de inmediato, y al volver en sí, había quedado casi enterrada. Su hermano estaba en la escuela, lo que generó una búsqueda de días de la madre al pequeño.

Todos los recuerdos están vivos en su memoria como cicatrices en la piel. Minutos después de la explosión, en la ciudad cayó una lluvia negra radioactiva llena de sustancias químicas dañinas para el ser humano.

El Coronel Paul W. Tibbets, de 31 años fue el piloto encargado del Bombardero B-29 que lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa. El artefacto hizo estallar una carga de 15 mil toneladas de TNT, que devastó un rango de 13 kilómetros cuadrados.

La justificación del hecho fue que Japón se había negado a aceptar la rendición que los aliados le habían impuesto por medio de la Declaración de Postdam, a finales de julio de 1945. Por lo que el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, autorizó un primer bombardeo sobre Hiroshima.

Hiroko Nishida, es una de las sobrevivientes del suceso. Junto a su madre tuvo que emprender un recorrido para alejarse de la ciudad, dejando atrás su casa y a su abuelo, quién tenía la mitad del cuerpo inmovilizado, le dijo a su hija –mamá de Hiroko- que lo dejaran ahí y se salvaran. Antes de irse le dijo que volvería sin falta, pero nunca pudieron volver.

La madre de la señora Nishida, volvió a la ciudad todos los días a buscar a su hijo, que estaba en el preescolar durante el descenso de la bomba, fue hasta el quinto día de viaje que lo encontró.

Esta es la historia de una de las sobrevivientes de ese fatídico momento. Al menos 70 mil personas murieron ese mismo día. Sin embargo, para el final de 1945, la cifra de muertos aumentó a más de 100 mil por causa de la exposición a la radiación que sufrieron los sobrevivientes.

Casi 74 años después, Hiroshima es una ciudad moderna y activa, pero al llegar los visitantes sentimos ese aire melancólico y de dolor. En el “sitio cero”, se conserva el cascote de uno de los pocos edificios que resistieron el impacto, la cúpula Genbaku, en ruinas.

En las cercanías se erige el Memorial de la Paz y está ubicado el Museo de la Paz. El turista puede realizar un amplio recorrido por lo acontecido ese 6 de agosto, a través de fotografías, vídeos e información que se proporciona en el sitio.

“La paz es un estado en que todo el mundo puede vivir con seguridad. ¿Qué es la guerra? Es cuando el ser humano deja de serlo. Por eso jamás debemos permitir otra guerra, nunca debemos olvidar a tantas personas que perdieron la vida sin querer”, expresó Hiroko Nishida durante la visita de 28 representantes del SICA a Japón durante marzo de 2019.