El uso de extenciones de pestañas es un recurso cosmético muy difundido en los últimos tiempos. Estas son aplicadas con un pegamento semipermanente, que puede ser seguro pero donde se deben tener en cuenta ciertas consideraciones y precauciones.
Se trata de un procedimiento que tiene riesgos como trauma o infección del párpado o la córnea, reacción alérgica al pegamento o pérdida permanente o temporal de pestañas
las extenciones de pestañas están hechas de fibra sintética como el nylon. Un estilista pega una por una, utilizando pinzas largas y puntiagudas y un adhesivo.
Parte de los riesgos son la erosión de la superficie interna de los párpados con el riesgo subsecuente de infecciones. Es frecuente ver caída de las pestañas, sea por la irritación que produce el pegamento o por la tensión excesiva que se ejerce sobre la pestaña. En casos extremos puede afectarse el folículo piloso ralentizando el crecimiento de las pestañas, o inclusive, la pérdida definitiva de la pestaña.
Los ingredientes en el pegamento pueden causar reacciones alérgicas, algunos de estos pegamentos contienen el alérgeno formaldehído, causante de reacciones alérgicas severas, estas pueden desencadenar dolor, picazón, enrojecimiento e hinchazón. Incluso pueden interferir temporalmente con la visión. También pueden ser causa de conjuntivitis infecciosa debido a las bacterias que pueden acumularse en las extensiones, llegando a producir infecciones graves.
Otra consecuencia posible es el daño corneal por el pegamento, el cual al caer inadvertidamente a la córnea produce laceraciones severas que pueden llevar a pérdida de la visión.
