Este lunes comenzará el juicio en contra de los curas Nicolás Corradi, de 83 años y Horacio Corbacho, de 59, y el jardinero Armando Gómez, de 49, acusados de haber abusado sexualmente durante años de menores sordos, hipoacúsicos y de escasos recursos económicos, que estudiaban y vivían en un instituto religioso en la provincia de Mendoza en Argentina.
Las primeras denuncias comenzaron en 2008, pero fue hasta fines del año 2016 que la historia estalló y conmocionó a la opinión pública, ya que es una de las causas de abuso sexual eclesiástico que involucra a un mayor número de víctimas.
Durante la investigación, más de 20 víctimas, que hoy son adultas y cuyas identidades se mantienen en reserva, contaron en lenguaje de señas cómo los curas y otros acusados las obligaban a practicarles sexo oral, las amarraban para violarlas, las abusaban en grupo o las hacían tener sexo entre ellas frente a los sacerdotes, entre otros relatos pormenorizados de los abusos sexuales y maltratos que sufrieron.
Los hechos denunciados ocurrieron en el Instituto Antonio Próvolo, donde menores con problemas antes mencionados eran llevados por sus familias para que se educaran con curas, quienes crearon una amplia y sostenida organización pedófila que dio paso a una causa en la que fueron imputadas 14 personas, entre ellos los sacerdotes que deberán responder por los delitos de “abuso sexual agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores”.
El primer juicio derivado de las acusaciones concluyó el año pasado con la condena a 10 años de cárcel de Jorge Bordón, un ex monaguillo que reconoció ocho hechos de abuso sexual denunciados por cinco ex alumnos, pero el segundo juicio, que inicia hoy, es el principal porque involucra a los curas que dirigían el Instituto y que son señalados de organizar y encabezar los abusos, el plazo estipulado para que dicten sentencia es de un mes.