“La función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural“.
Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) que se desarrolla en la sede de la FAO, dedicará hoy su jornada inicial al Día Internacional de las Mujeres Rurales.
‘Mujeres y niñas rurales, creadoras de resiliencia climática’ es el tema central este año para la celebración de la efeméride, que se realiza cada 15 de octubre, establecida por las Naciones Unidas en diciembre de 2007, con el propósito de reconocer el rol de las féminas en el medio rural a favor del desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.
En el mundo una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura, donde ejercen una notable influencia en la seguridad alimentaria y la nutrición, la tierra y la gestión de los recursos naturales, así como en el trabajo no remunerado y el cuidado doméstico.
Las mujeres empoderadas tienen mayor capacidad para responder al cambio climático y desempeñan un importante papel en la adopción de tecnologías con bajas emisiones de carbono. Como resultado, se convierten en actores fundamentales en la difusión de conocimiento sobre el cambio climático y la acción necesaria para combatirlo.
Estas son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible pero su acceso limitado al crédito, la asistencia sanitaria y la educación son algunos de los muchos retos a los que se enfrentan.
Nicaragua, ha desarrollo políticas con enfoque de género, programas socioproductrivos de impacto en los que se le da empoderamiento y capitalización a la mujer.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a través de la iniciativa “Mesoamérica sin hambre” apoya estos programas emblemáticos del Gobierno, por ejemplo la estrategia de bancos comunitarios de semillas criollas y acriolladas con el cual se aporta a su empoderamiento y a la seguridad semillera nacional.
Con su trabajo, entrega y esfuerzo se garantiza un insumo fundamental para la producción como es la semilla, además con las capacitaciones promovidas por el El Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), adaptándose al cambio climático a través de los proceso de fitomejoramiento.