Editorial de Detalles del Momento “Una policía comprometida con la seguridad “ solo por Canal 6 Nicaragüense por Gracia de Dios.
La Policía Nacional de Nicaragua está en el medio de dos visiones equidistantes con respecto a la misión que tiene como garantes del orden y la seguridad. Por un lado, están aquellos que quisieran que no hubiera un solo efectivo o una sola patrulla en las calles para hacer su agosto y estamos otros que queremos más presencia de ella porque deseamos la indispensable estabilidad para recuperar la economía y el desarrollo que el terrorismo nos arrancó.
Estas posiciones, tan contra puestas, obedecen claramente a los acontecimientos derivados del 18 de abril de 2018 porque antes de esa fecha, que marca la ejecución del fallido golpe de estado, Nicaragua estaba en la cresta de la paz que había alcanzado y nuestro país se preciaba, sitial que ya hemos nuevamente recuperado, de ser la nación más segura de la región y una de las más en América Latina y esas son medallas en el pecho de nuestros azulitos.
Recurrentemente hablamos en éste programa de los hechos de violencia que se desataron a raíz del fallido golpe de estado, ejecutado por delincuentes que llegaron al país con procedencia de El Salvador donde son cabecillas de las Maras Salvatruchas, que impusieron los tranques, que torturaron, que asesinaron, que secuestraron y que empujaron a un enfrentamiento donde nicaragüenses que eran perseguidos por ser sandinistas tuvieron que defender legítimamente su vida de asesinos sin escrúpulos que terminaron con la vida de 21 policías a los que llegaron a quemar vivos y lo que desembocó en 199 muertos que pesan sobre la inconciencia de algunos obispos, de algunos sacerdotes, de algunos empresarios de maletín, de algunos politiqueros, de algunos chateles que dijeron ser universitarios y de algunos periodistas que se pusieron al frente de una sedición que en cualquier otro país del mundo los tuviera presos. El baño de sangre, Gracias a Dios, terminó cuando el pueblo de Nicaragua con la Policía Nacional al frente decidió levantar los tranques, pero aun la violencia persiste porque es parte de la estructura del odio.
Quienes hacen el ridículo de ensuciar la labor policial porque esta hace su trabajo y no va a permitir que los bochornosos eventos derivados del 18 de abril de 2018 se repitan, son en realidad delincuentes o delincuentes en potencia, son individuos que se sienten con las manos atadas y están frustrados porque ya no pueden seguir en sus andadas y para victimizarse recurren a distorsionar el lenguaje y de ahí que a los detenidos por sus crímenes les llamen secuestrados, al establecimiento del orden agresión, a la vigilancia asedio y si alguien uniformado los vuelve a ver a eso le llaman tortura.
Quienes han descalificado y tergiversado la capacidad técnica de la policía de Nicaragua para garantizar someter al delincuente, deberían probar lo que exactamente hacen aquí en cualquier otro país del mundo, empezando por el imperio que financia todos sus delitos, Estados Unidos, donde te calmas o te amansan a garrotazos, a golpes, patadas, descargas eléctricas o si te la das de valientito a balazos y esa es una receta que más de un curita, de esos que creen que la sotana les da impunidad, ya han probado en carne propia.
Estos delincuentes que no sé quién les dijo que hacen política quieren ver limpias las calles de “Azulitos” para caernos hoy, según ellos de la misma forma que lo hicieron en los tres meses posteriores al 18 de abril y no se dan cuenta que esta nuestra Policía Nacional les está haciendo un favor y con ese favor, un favor a toda Nicaragua, porque hay que saber, que los que amamos la paz para este país y hemos sido maduros, responsables, tolerantes y ciudadanos ejemplares, no estamos cotos, que si nos buscan nos encuentran, que tenemos el legítimo derecho a defendernos con la misma contundencia con que nos ataquen y que eso no ha pasado, ni queremos que pase, gracias a que la Policía Nacional, nuestros “Azulitos” han estado en las calles controlando y sometiendo a brutos profesionales que no respetan los espacios familiares del nicaragüense que quiere vivir en total y absoluta normalidad pero que es asaltado por la ignorancia cuando cuatro esperpentos aparecen en un centro comercial donde también hay niños y ancianos pegando gritos, ofendiendo a la gente y lanzando consignas de odio, que son tomadas por la gente sensata con total indiferencia, aunque no falten los que les digan sus verdades.
Estos individuos confunden la presencia policial en las calles con la falta de libertades y te dicen en ese sentido que la policía no los deja marchar, que no les autoriza manifestarse públicamente. Sobre este particular reclaman que porqué al FSLN, partido de gobierno sí, pero a ellos no. El partido de gobierno sí pide permiso para marchar en Managua y en cualquier parte del territorio nacional y la policía otorga los permisos porque hay firmas garantes que se comprometen en un documento a respetar el orden y la ruta de la marcha, además de que son gentes que no insultan a nadie, que bailan, brincan, cantan y se conducen con plena alegría, pero del otro lado es todo lo contrario y cuando quieren hacer su show cuatro hijos de vecino, más desconocidos que el anonimato, se aparecen a Plaza el Sol a participar a la Policía que van a marchar tal día, sin ruta establecida, sin decir por qué motivo, sin determinar quién se hace responsable en caso de que quemen una propiedad pública o privada o hieran o maten a alguien a lo largo de un camino en el que provocan a la autoridad para que esta responda y los cachiporree y así salir diciendo, como siempre, que fueron reprimidos.
Hay otros que desde la más absoluta y ortodoxa brutalidad han llegado a decir que prefieren estar más cerca de un delincuente que de un policía y saben qué tienen razón porque el delincuente tiene que estar cerca de otro delincuente para sentirse bien y estar seguro; tienen razón porque la relación entre un policía y un criminal es como la del agua con el aceite que por más que se pretenda no se pueden juntar como no se puede juntar el crimen con la justicia, la sedición con la institucionalidad, el asesinato con la vida, la paz con la guerra, el amor con el odio.
Cada uno de estos delincuentes que ven lógicamente una amenaza en la policía, alcanzan su más grande delirio de locura, cuando tras ser capturados con las garras en la masa asesinando, robando, violando, secuestrando a alguien o irrespetando a la autoridad, son los mismos que posteriormente aparecen en los listados que la politiquería golpista presenta como “prisioneros políticos”, falso positivo con el que solo pierden ellos porque el nicaragüense en general ya sabe de qué se trata toda esta campaña difamatoria que se lanza para justificar los dólares que reciben.
Los buenos ciudadanos, si por buen ciudadano entendemos es aquel que tiene valores y principios, sí nos sentimos seguros por la cercanía de cualquier policía porque nos infunde respeto y confianza, porque al no tener nada por lo que temer podemos acercarnos a él para solicitar su asistencia, su ayuda en caso que lo requiramos para cualquier orientación o simplemente hasta solo para saludarlo como un reconocimiento a la inmensa labor y responsabilidad que carga sobre sus espaldas porque son gentes especiales y muy sacrificadas que lo dan todo para nuestra propia seguridad.
Aprovecho ahora que se nos viene semana santa para que atendamos no solo las orientaciones de la Policía en pro de nuestra propia seguridad, sino que además asumamos gestos de humanidad de nuestra parte hacia ellos porque mientras la inmensa mayoría saldrá a disfrutar y vacacionar con la familia y los amigos sin más misión que el placer, nuestros “azulitos” se llevarán la peor parte bajo el sol, bajo el frio, con hambre, de pie, desvelados, sin ver a los suyos y haciendo de todo para que usted o yo no suframos la estocada de la delincuencia común y la delincuencia política.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.