La desesperación de todas las malas consejeras es la peor, más aún cuando las frustraciones se comparten entre tumbas abiertas que expiden todo tipo de hedores, en éste caso aquellos que reflejan sentimientos de derrota entre quienes llegaron a comerse la carne sin haber tirado el venado.
Hace dos años las siglas e individuos, qué como sirvientes nacionales del imperio, ejecutaron el fallido golpe de estado contra el gobierno constitucional de Nicaragua bañaron de sangre al país y aunque torpemente siguen apostando a que aquí está próxima una invasión, les es imposible ocultar la marca del fracaso en sus rostros por lo que se quedaron patinando haciendo el cochino papel de las moscas, llevando cochinadas donde hay limpieza y jochando y jochando para perturbar un ambiente donde el nicaragüense quiere paz, quiere trabajo y estabilidad para seguir adelante enfrentando sus verdaderos retos.
Por separado, como para echarse cada quien la culpa de sus fracasos, el MRS, el COSEP, AMCHAN, la Alianza Cínica, los azules blanqueados, el PLC, los CxL, los fantasmales conservadores, los mal llamados estudiantes, los más viscerales obispos de la Conferencia Episcopal y toda partícula que sea una mancha en el archipiélago oposicionista, cada quien a cuál más cara destemplada, halando todos por su lado, buscan una respuesta “razonable” para aminorar el enfado imperial que fue el más expuesto como patrocinador y financista de todo este enorme complot que fracasó, que fue vencido y que expuso una alucinante avaricia de poder que dejó frustrados a quienes se miraban como presidenciales, como ministros, alcaldes, concejales, cónsules o embajadores, ojalá que para servir, pero en realidad solo para figurar y terminar de robar lo que no pudieron antes del 2007 porque en aquellos tiempos lo que puso existir en las arcas abiertas fueron a parar directamente a los bolsillos de muchos de esos que ahora se autoproclaman líderes y salvadores y que desorbitados por un inmoral nivel de vida hoy se descubren quebrados y sin riales y por eso insisten en asaltar otra vez la Res-pública.
Al margen y desde otro frente no han quedado las plataformas mediáticas que, a través de sus más conspicuos altoparlantes, televisivos, escritos, radiales y digitales, apostaron que la noticia falsa pronto bajaría del poder a un Daniel Ortega que encontró en la paciencia y la sabiduría su arma más poderosa y dejar que sus enemigos oposicionistas se intoxicaran en su propio veneno al extremo de cometer un suicidio masivo contra sus propias pretensiones.
Toda esta locura que vio pasar de largo, en silencio y en el más absoluto ignoro el arribo a los dos años de aquellos actos terroristas y criminales, llegó hasta conformar una junta de gobierno, a nombrar ministros, magistrados, contralores y hasta el cambio total de nuestro servicio diplomático, aunque por supuesto nunca supimos de una sola propuesta social en beneficio del pueblo aunque sí vimos pasar sobre sus manos cualquier cantidad de plata manchada de sangre como dinero maldito que sirvió para pagar a los tranqueros y a los sicarios mareros que acabaron con la vida inocente de muchos nicaragüenses que hoy no están para contar sus últimos momentos, pero que habitan en el corazón del pueblo.
Toda esa hemorragia de maldad, ese odio frenético, esa locura diabólica de asesinar a nombre de una libertar que ya el pueblo tenía, de una democracia que ya el nicaragüense había construido, fue en realidad lo que los comenzó a dividir, a distanciar y desesperarlos y de ahí que públicamente los unos contra los otros se lanzaran a matar entre sí y la prueba la evidencian todos los días cuando públicamente se beben cada cual la sangre del otro en pajilla.
Por eso mismo los bárbaros no pudieron seguir engañando a los que en algún momento pensaron que había algo de justo en aquellas protestas, por sentirse marcados por sus propios actos, porque les da vergüenza exponerse en público y que les hagan lo mismo que ellos le hicieran a otros por pensar distinto, porque saben que sin proponérselo hicieron del partido sandinista, que estaba dormido, una familia graníticamente unida y porque llevaron al desprestigio a la propia iglesia católica, hoy tienen miedo y sienten que la justicia los puede alcanzar y tienen razón porque igual mata aquel que hala el gatillo, que aquel que planifica intelectualmente el asesinato.
Nadie, absolutamente nadie se detuvo a pensar que el 18 de abril pudo ser una fecha conmemorativa porque por no inspirar nada que no fuera dolor, llanto y tragedia, no tuvo nada de conmemorativa y menos considerar sobre ella algo digno que emular.
¿Qué victoria puede ser aquella que derramó sangre inocente, que triunfo se puede fundamentar en el odio, qué empatía puede generar la destrucción de un país, qué merito tienen haber propiciado tantas muertes sin que ninguno de esos falsos “líderes” hubiera estado, aunque sea un segundo en un tranque, aunque sea para tostarse por el sol porque todo el tiempo se la pasaron en aire acondicionado?
Estos falsos salvadores y libertadores, que mandaron a matar y a destruir a tontos útiles que ya no los siguen, ni siquiera desde el falso liderazgo que asumieron tuvieron la dignidad de arriesgar nada porque ninguno de ellos fue capaz de asomarse a un tranque y cómo lo iban a ser si lo primero que dispusieron, una vez que recibieron la orden de asesinar, fue la de sacar a sus hijitos y espositas a Miami, pero bien apertrechadas porque para eso siempre hay mucho.
El único fin que ha tenido toda esta barbarie es la renuncia del Presidente Ortega que los espera en el 2021, es el adelanto de las elecciones que se quedó en los cuernos de la luna y la sustitución de todos los funcionarios en que descansan los poderes del estado porque la idea no era la democratización del país, sino la instalación de una verdadera dictadura por individuos que no saben ni cómo se llaman y a los que el imperio, el amo, les ha conferido la misión de exterminar al sandinismo y francamente después de ver las multitudinarias marchas roja y negras, en todos los departamentos y municipios del país me preguntó, cómo será eso, porque mientras el golpismo se reduce y fragmenta en sus propias contradicciones, el sandinismo se multiplica y une para enfrentar una amenaza que está controlada, conjurada y aunque estable desde sus propios fracasos continuamente observada porque no la debemos descuidar, porque oficial y extra oficialmente, es un paciente, que aunque agónico, aun toma sopita desde la cucharita financiera de los Estados Unidos que sigue soltando estipendios, pero solo para que aquí, de vez en cuando aparezcan las miserias humanas, haciendo una que otra payasada.
El oposicionismo no parece hablar español y a lo mejor como el Presidente Ortega no habla inglés ellos no entienden. Sin embargo, el mensaje es claro no hay adelanto de elecciones porque la responsabilidad indica que hacerlo sería imponer el caos y la anarquía y porque la constitución nicaragüense, que es nuestro gran pacto social y político, indica que estas se realizarán en noviembre del 2021 y no cuando a los Estados Unidos ni a sus sirvientes nacionales se les ocurra o quieran.
Nuestra prioridad, hoy por hoy, es en primer lugar de salubridad pública. Nuestra prioridad es administrar con sabiduría la pandemia del COVID-19 y en consecuencia en nuestra agenda lo que nos preocupa es vencer al Coronavirus porque si del odiovirus se trata este no es más que un periódico de ayer.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora