Edén Pastora Gómez es un súper hombre que orgullosamente nació en Nicaragua, en la tierra del más grande poeta de la literatura universal, pero simplemente es de otra galaxia. Desde siempre fue una leyenda, fue uno de esos referentes paradigmáticos que sin miedo a la muerte y lleno de una valentía suprema fue hasta el final un gran ser humano que antepuso a las comodidades y a la tranquilidad como aspiración personal la felicidad de los demás para que desde la Nicaragua libre que con su lucha construyó todos, incluso aquellos quienes le adversaban, tuviésemos dignidad.
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De Edén Pastora hay miles de cosas que decir y las comenzaremos a conocer más íntimamente en el transcurso de los próximos días porque hasta ahora lo que corresponde es sobre ponernos y resignarnos a su ausencia física porque hoy 16 de junio de 2020 su infartado corazón se detuvo para dejarnos a aquellos, que supimos combatir a su lado, un pensamiento profundo que demoledoramente siempre será un arma para derribar los muros de toda injusticia contra la que luchó a lo largo de toda su vida porque hasta en el último momento supo vencer no a la negación de ese viaje final que para todos es inexorable, pero sí a quienes se lo dieron por muerto antes de tiempo.
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Edén es un vencedor de toda la vida. No es tan urgente en este instante exaltar el espíritu liberador y heroico de sus proezas, ya hablaremos luego de eso, pero si es fundamental, por lo menos de mi parte, sentirme más orgullosamente Pastora y trasladar a Tía Yolanda y a todos sus hijos, el pésame compartido porque como siempre trato de graficar este hasta pronto de éste gran gladiador es un impacto doblemente profundo porque nos afecta como familia, pero nos afecta más como nicaragüenses porque con Edén Pastora, el Comandante Cero, nuestra “Vieja, nuestro Jacinto, nuestro caballo” como le decíamos en el frente sur para que no fuese ubicado en las comunicaciones radiales, ha partido dejándonos una historia que seguir construyendo desde esa capacidad romántica y tajante que tenía para expresar esas ideas que sembró y nos dejó cosechadas para que las sigamos defendiendo con su propia pasión. Edén Pastora, Comandante, descansa en paz.