Opinión | Portada
junio 29, 2020

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Detalles del Momento: ¿Obsesión o responsabilidad?

En tanto no exista certeza que el mundo ya tiene una vacuna, independientemente de quien la produzca, que la misma llegó a Nicaragua bajo aquella seguridad de certificarla diciendo que tenemos los pelos de la mula en la mano y que su ingesta o inyección nos fue aplicada a todos los nicaragüenses y que oficialmente hayamos sido informados que por fin, Gracias a Dios, logramos vencer, la peste, yo voy a seguir rompiendo el programa todos los días llamando a la responsabilidad que todos debemos asumir para que cada quien se convierta en un guerrero contra este monstruo.

Este es un enemigo invisible sumamente peligroso y para luchar contra el tenemos que envolvernos con el mando precioso del Espíritu Santo de nuestro Señor Jesucristo porque cuando usted se levanta y da el primer paso del día no sabe en qué momento, por subestimación o irresponsabilidad que es lo mismo, pueda llegar a ser infectado por un virus que no juega y menos con aquellos que se convierten en propiciadores o correas de transmisión cuando se les ocurre que son supermanes.

El mundo desde la lucha que sostiene contra ese enemigo invisible que es el COVID-19 tras cada amanecer trata de descifrar una esperanza que lo conduzca a dos cosas; vencer sobre la peste y recuperar el planeta tal cual era antes de toda esta tragedia que infecta, mata, nos repliega en nuestras casas, te quiebra el negocio, te deja sin empleo, genera hambruna por doquier, hunde la economía de los poderosos, nos distancia de la familia y quien sabe a qué otro escenario pueda conducirnos en la medida que no logremos la tan ansiada vacuna que está en las manos de la ciencia, pero antes que todo en la voluntad de Dios sí con humildad lo pedimos.

Esta peste no discrimina se llevó a hombres de Dios, héroes y muy valientes, políticos, Acaldes, concejales, médicos, periodistas, cronistas deportivos, empresarios, educadores, gentes de todas las edades y de todas las posiciones sociales y siendo unos más anónimos y otros más públicos, al final murieron por la pandemia, nos dejaron y no los pudimos despedir, sino que vimos de lejos, inmediatamente después de muertos, los féretros rumbo al cementerio o los cuerpos embalados rumbo al crematorio sin ningún homenaje a sus méritos o desméritos.

El mundo entero llora a sus muertos y en medio de la calamidad ha surgido otro tipo de pandemia como la morbosidad o la manía necrófila, de quienes pueden llegar incluso a celebrar la muerte de alguien, lo que por supuesto es una perversidad abominable que merece nuestra más categórica condena.

En Nicaragua seguimos siendo un milagro porque estamos como uno de los más bajos en la región centroamericana y del caribe y manejando responsablemente las cifras a pesar que aquí hay minorías infames que sí pueden creer en mentiras como las de Costa Rica que decidió quedarse en 12 muertos desde hace rato, mientras aquí ponen en duda los nuestros y afirmando irresponsablemente que andamos por los miles de casos letales, pero sin reconocer, como lo hace el mundo, es robusto sistema de salud con él que contamos y que no para de crecer porque a los 17 hospitales que funcionan actualmente, dotados con la más avanzada tecnología, hoy ocho enormes que simultáneamente se están construyendo.

Aquellos que puedan llegar a pensar que aquí no nos tomamos en serio lo que pasa están equivocado y el primero en tomar conciencia de ello es el gobierno. Todos los días aquí se hacen cosas, en el contexto del combate a la peste, que yo no escucho que se hagan en otros países y solo lo hicieron cuando aquí ya habían sido implementadas lo que me permite jactarme que nuestro país fue el modelo y no tengo la menor duda que si lo que se haga en otros nos es válido también lo vamos a aplicar porque esta no es una competencia de quien lo hace mejor sino que juntos identifiquemos los mecanismos que a todos nos sean más efectivos.

Muchos países respondieron a la pandemia dejándose llevar en muchos casos por el pánico y tomando como base el aislamiento, comenzaron a combatir a la peste con medidas que satisficieran a los medios de comunicación, pero jamás fueron producto de autoridades competentes, que no eran las que aparecían en cámaras, porque si se acuerdan cuando todo esto empezó los que salían al frente eran los presidentes y en cuanto no más aparecía un caso en algún país los mandatarios, rodeados por sus cortes aparecían como dándole la bienvenida a la peste y mientras eso pasaba aquí en Nicaragua la misma minoría de siempre, con el coro de medios internacionales de prensa claramente identificados, preguntaban que dónde estaba Daniel Ortega cuando este se encontraba desde hace rato decidiendo, con quienes debía hacerlo, como evitar que lo inevitable nos pegara lo menos posible y eso nos tiene hasta donde estamos.

Ahora mismo nos encontramos en la fase de los famosos picos con la esperanza que bajen los niveles de mortalidad y mantener “aceptablemente a raya”, esta peste, pero esto estos picos se nos están haciendo trompas y sin pretender calificar las medidas tomadas en otros países, porque no soy virólogo, ni epidemiólogo, como aquí se jactan algunos que no saben ni cómo se llaman, un factor que ha sido determinante en la propagación de la pandemia es que en muchas naciones, seriamente afectadas por el COVID 19, rápidamente vieron colapsados sus sistemas de salud que a pesar de los recursos económicos y de la ciencia en sus países, evidenciaron que eran un cascaron y entonces resultó más fácil mandar a sus casas a la gente y no exponerlas al contagio pero sin seguimiento, sin atención, sin medicinas, solo mandándolas a morir porque sus hospitales nunca estuvieron preparados para algo como esto, porque nadie lo está, pero además porque tienen sistemas de salud totalmente mercantilizados donde la solidaridad humana sigue siendo una idea absurda.

Partiendo de la característica comercial en los sistemas de salud que prevalecen en países que fundamentan sus economías en el capitalismo salvaje, que por manejar recursos a granel debieron estar tecnológicamente abastecidos y preparados, estos lo que demostraron, como en el caso de Italia, Francia y España en Europa o de Estados Unidos, Brasil, Colombia, Ecuador en América, que las personas por no tener confianza en los centros de salud públicos ni recursos para atenderse en los privados prefirieron auto aislarse para atenderse la peste o lo más doloroso, morirse en sus casas porque al final lo más triste es tener que reconocer que la letalidad no está en la pandemia sino en la falta de hospitales con visión y atención humana.

Titulé este editorial “OBSESICIÓN O RESPONSABILIAD” porque, aunque la mayoría de los nicaragüenses tengamos conciencia, muchas veces obsesiva sobre lo que representa la pandemia, hay aquí un grupúsculo de miserias humanas, bien identificadas, que la ve no solo como si esto fuera un juego, sino que además cree que la tragedia, que va a tiene consecuencias graves para el país, de las que tampoco van a escapar, es razón o motivo para convertirla en materia prima de esa su inagotable perversidad para aprovecharse y hacer como siempre de las suyas con su habitual politiquería.

Hoy en Detalles del Momento también nos adecuamos a las nuevas realidades y debo agradecer la iniciativa, tomada por la dirección del Canal, de pasar de la modalidad presencial a la virtual a fin de evitar exponer al personal y de la misma manera a nuestros invitados que son los más importantes. Desde que todo esto empezó siempre abro habitualmente el programa llamando a ser responsables, a tomar conciencia de lo peligroso de esta pandemia y por supuesto a tomar las medidas que correspondan para mantenernos sanos y esta modalidad virtual que hoy emprendemos como parte del proceso que nos lleve a una mejor “nueva normalidad” es hacer el programa usando como plataforma los recursos tecnológicos con los que siempre ha contado canal 6.

Como todo comienzo vamos a tener algunos pegones, pero en la medida que vayamos avanzando iremos corrigiendo con la seguridad que todo esto es momentáneo, que pronto si Dios quiere lo referiremos solo como una triste experiencia a la que tenemos que tomar por lo amable porque no dejemos de reflexionar sobre las actitudes que tengamos que cambiar porque en gran medida somos culpables de un planeta, que en la neta como dicen los mexicanos, ha reaccionado contra nuestras propias faltas.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA

Por: Moisés Absalón Pastora
29 Junio 2020