El partido de gobierno, el FSLN, y su fórmula presidencial están bajo la mira de quienes afirman que el actual modelo de gobierno está vencido y que bajo el concepto de que esta es una “dictadura”, se sienten con el derecho y la fuerza no solo para derrocarlo, sino para hacerlo desde una contra revolución que busca acabar y arrasar con todo lo que represente el sandinismo.
Desde hace un poco más de dos años que el país involucionó, marcando el inicio de la pesadilla desde aquel 18 de abril de 2018, hemos visto mucho odio haciéndose oír, profiriendo, odios sintonizados con la venganza y que hacen del crimen organizado la herramienta fundamental para liberar el terror y así someter al país, a nombre de la “democracia y la libertad” que dicen ofrecer, aun estado de muerte y miedo francamente inédito en nuestra historia, que no tiene razón, ni sentido porque aún no razonan porque hicieron lo que hicieron.
Este desenfreno diabólico que tiene por fin imponer el miedo y que cuenta con la bendición y santos óleos de algún sector religioso que además parió la idea, no es una expresión libertaria ni nada que se le parezca, pero un nazismo evolucionado que siempre pretendió el exterminio antes y después de la añorada toma del poder del sandinismo y de todo lo que este represente a partir de sus líderes, de su institución partidario y de los éxitos de su revolución, que realizada en paz, logró más que todos los gobiernos juntos que se han sucedido desde que somos una nación independiente.
Algo parecido a esto sucedió cuando en 1990 ascendió al poder Doña Violeta Barrios de Chamorro. La entonces Unión Nacional Opositora a la que yo también pertenecía, como parte de su estructura mediática, pretendimos acabar con el FSLN, que debilitado por el daño que le hizo el MRS de Sergio Ramírez M, lo asediamos de tal forma que lo victimizamos y Daniel Ortega, que apostó por mantener vivo a su partido, aglutinó a la base sobreviviente para ponerla en modo de defensa y entonces proclamó gobernar desde abajo y por mucho que se intentó, después con Arnoldo Alemán y más tarde con el ingrato y tristemente célebre Enrique Bolaños, de fastidiosa recordación, no se pudo y por el contrario el sandinismo fue ganando terreno y fue creciendo hasta que retomó el poder en el 2007.
Que absurda fue aquella persecución. Tamaño error nos condujo a enfrentarnos innecesariamente en un momento que requeríamos estabilidad para echar a andar un país destruido por la guerra y así el odio anti sandinista obligó al sandinista a defenderse como fiera herida, lanzando zarpazos a sus agresores y demostrando ser una oposición poderosa en todos los terrenos.
Si por aquel entonces hubiésemos entendido que el diálogo era y es el mecanismo más civilizados para dirimir las contradicciones políticas Nicaragua hubiera estado mejor de lo fue antes del 18 de abril donde la irresponsabilidad prendió mecha a una locura criminal que ya está conjurada y que desespera a los autores intelectuales y a los asesores “espirituales” del pretendido golpe de estado.
En lo personal nunca imaginé cómo pudiera existir tanto odio oculto. Es inenarrable la falta de respeto a la dignidad humana de parte de los llamados “demócratas” si el que cae en sus garras es un sandinista. Los que tienen las hachas y cuchillos de tal carnicería son unos cinco mil individuos que intelectual y ejecutivamente manejan toda esta venganza, con el multimillonario patrocinio y financiamiento de intereses políticos exógenos y del crimen organizado.
Quienes lo hacen responden como marionetas a los titiriteros del MRS que hay que reconocer lograron en algún momento, permear la mente hasta de sandinistas que rápidamente abrieron sus ojos y que volvieron a su casa luego de entender que estaban poniendo en bandeja de oro la sondaleza con la que los ahorcarían después de triunfar la ilusa “Revolución civil” a la que un alto clero, Abelardo Mata, hizo referencia cuando arrebató el micrófono en la instalación del fracasado diálogo nacional del Seminario de Fátima para evidenciar su lejano compromiso espiritual para conjurar la violencia, pero a la vez su cercano interés para marcarse, bajo la protección de su investidura, como figura política y así como él hay tres más con el mismo apetito.
En ese contexto me llamó la atención que un joven imberbe y ofensivo, apenas una ficha útil del interés político que al final lo terminó moliendo y desechando como bagazo, después de practicar en las habitaciones de un hotel su discurso, se atrevió a gritar, nada más y nada menos que al presidente de la república, que aquel plenario, no era una mesa de diálogo sino una mesa de rendición que estaba para imponer las reglas de su salida del poder.
Nunca dejará de ser cierto que la violencia engendra más violencia y en consecuencia el sandinismo vilipendiado, humillado, escarmentado, torturado y asesinado se replegó a los quehaceres de la oficina o al hogar, sacrificando hasta el derecho de defender su propia vida, como una respuesta disciplinada a la recomendación del presidente de Nicaragua y Secretario General del partido FSLN, para que las tristes estadísticas que nos enlutan no fueran mayores.
Esto sin embargo tuvo una lectura equivocada entre los golpistas que triunfalistas apostaron a que el FSLN estaba vencido y entonces la idea de una tercera “Revolución” alimentó su sedición y los estridentes gritos ensoberbecidos de sus promotores mediáticos empezaron a perfilar la profundización de la crisis, a proclamarse desde falsos territorios liberados, a vender la ofensiva final y hasta conjeturar sobre nombres para una junta de gobierno provisional y en consecuencia la conformación del gabinete de gobierno.
Los que así lo pensaron, indiferentes a cualquier interés nacional pero entusiastas por el personal, al comenzar a repartirse la Res-Pública y viéndose llenos de poder, comenzaron a debilitarse entre sí y mientras ello pasaba las marchas comenzaron a ser menos concurridas, los tranques a ser desmontados, las barricadas a ser derribadas, los pandilleros mareros a ser detectados y detenidos, el financiamiento del golpe a exponerse y toda la verdad de esta canallada a salir de la oscuridad.
Toda esta involución golpista se debe al imperio de la inteligencia sobre la fuerza bruta. Se debe a que en el FSLN hay un liderazgo político que sabe medir los tiempos y cómo avanzar en silencio frente al retroceso intransigente que ahora más que nunca sabe que este es un gobierno sustentado en una base gigantescamente multitudinaria, que no va a ser vencido por el pretendido del quítate vos para ponerme yo y que se encuentra en la fase de ir a la celebración del 41 aniversario de un 19 de Julio nunca antes visto, porque a pesar de que será virtual por la situación pandémica del mundo, lo que no ha perdido es el espíritu místico de un sandinismo que está potenciado porque lo que hizo el nazismo criollo fue unir y despertar a un gigante que estaba dormido y construyendo una revolución en paz.
El frente sandinista, del que no soy miembro, pero sí aliado, solo analizo y expongo lo que veo, ejecutó un proyecto que nadie en el pasado ni siquiera fue capaz de ofrecer y es tanto lo que hizo, desde condiciones estables y de seguridad que se acomodó a un estado de confort que descansaba en la paz y fue tan agradable que se olvidó que los enemigos estaban ahí y que frente a la incapacidad de acceder al poder electoralmente se aliaron con los enemigos externos de Nicaragua para estimular según ellos una contra revolución claramente fuera de todo cálculo porque esa condición política no existe ni está dada para una Nicaragua donde una gran parte de sus ciudadanos son sandinista y esa base, contada en millones, es un punto de partido que ya quisieran las miserias humanas y que será determinante para cuando constitucionalmente tengan que venir las próximas elecciones donde el juez inequívoco determinará otra vez quien estará al frente de sus intereses.
El FSLN ni en tiempos de pandemia se achicó. Por el contrario a pesar de los riesgos que representa exponerse su inmensa base militante recorrió el país casa por casa no solo para hacer conciencia de la nueva realidad que vivimos, sino para llevar medicinas, alimentos, hacer censos que determinaran la ubicación de los nicaragüenses de la tercera era edad y de los enfermos crónicos y eso es algo realmente admirable que convence más que cualquier discurso proselitista en campaña porque lo que nos refiere es el alto interés de un partido disciplinado y organizado que asume tareas en beneficio de su prójimo, independientemente de cómo piense este y eso marca una gran diferencia entre la revolución y el fascismo.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora.