El Presidente Comandante Daniel Ortega envió a la Asamblea Nacional una iniciativa de ley que declare a Roberto Clemente, Héroe Nacional de Nicaragua, así lo informó la Vicepresidenta Compañera Rosario Murillo.
En este sentido, destacó que “el Presidente de la República ha enviado a la Asamblea Nacional una iniciativa de ley que declara a Roberto Clemente, Héroe Nacional de nuestra Nicaragua bendita y siempre libre. Roberto Clemente, Héroe Nacional la próxima semana en la Asamblea Nacional de Nicaragua se le reconocerá como Héroe de nuestra Nicaragua bendita, a 50 años de su supremo acto de entrega por Nicaragua y a Nicaragua se inmoló por Nicaragua y para los y las nicaragüenses que sufrían, por eso es un Héroe de nuestra patria y un Héroe y un campeón de la solidaridad y de la humanidad, estamos contento de honrar a Clemente como Héroe de nuestra patria bendita”.
“Hace 50 años Roberto Clemente ofrendó su vida por Nicaragua o en palabras del compañero Edwin Sánchez, que nos ha enviado el anticipo de un artículo espléndido que está escribiendo sobre Roberto Clemente”, dijo.
Citó que “Roberto Clemente, medio siglo de un arquetipo de altruismo que se agiganta. Él sabía quién era y a qué había venido a este mundo, desechó llamarse ‘Bob’ o ‘Bobby’ como le querían bautizar sus compañeros de equipo o la prensa, mantuvo su identidad, era Roberto en español, Clemente de sentimiento, puertorriqueño de nacimiento, latinoamericano por excelencia, el 21 del múltiplo perfecto”.
“Aunque brilló en el béisbol no fue como muchos cuando alcanzan el reconocimiento, el dinero, la celebridad, fue un campeón de la humanidad, un fuera de seria por algo le llamaban el grande, a la mediocridad nunca le dio lugar en la caja de bateo y no cedió un solo turno al bate para que otros hablaran y pensaran por él. Los inteligentes no necesitan titiriteros, tampoco le permitió al oportunismo ni siquiera acercarse al círculo de espera, estrella, Roberto Clemente, estrella iluminó con su luz a niños y jóvenes, inspiró a los humildes, a la América Latina, al Caribe. Decía: Mi gran satisfacción proviene de ayudar a borrar opiniones gastadas sobre los latinoamericanos o los afroamericanos, así decía”, continuó.
Agregó que “sus mejores extra bases estaban fuera del parque de pelota, porque su vida no venía en una caja cuadrada por el egoísmo, por la banalidad o por la falta de misericordia, nunca le deseó mal a nadie, mucho menos que utilizara su popularidad y su poder para intentar desbaratar su nación con politiquería, rencores de inflexibles ruindad, odios viscerales de vieja data y patraña vendidas como jugadas limpias, él perteneció a la infantería de la Marina de los Estados Unidos, del escrito de Darling Díaz Licey leemos que el 12 de septiembre de 1958 durante la temporada invernal en vez de jugar pelota como solía, Clemente ingresó al cuerpo de Marina, su entrenamiento básico fue en Parris Island, Carolina del Sur y duró 6 meses”.
“Formó parte del tercer batallón de reclutas del pelotón 3-4-6, tras terminar su entrenamiento básico pasó a la base Camp Lejeune de Carolina del Norte, y fue asignado como miembro activo de la Marina hasta 1959 y luego asignado como reservista de la misma Marina hasta el 64″, dijo.
Expresó que “su ser contaba con un alma que estaba hecha para ofrendarse en las grandes ligas del amor al prójimo, porque muchos pueden entrar a la gran carpa pero son pocos los que logran el estatus de un Roberto Clemente, es que a nadie más le tallaban las palabras de Bowie Kuhn, comisionado de la MLB, a nadie más que a Clemente cuando fue exaltado al salón de la fama en 1973, correspondían a sus medidas exactas, le dio al término completo un nuevo significado, hizo que la palabra súper estrella fuera inadecuada, tenía un toque de realeza”.
“Esto lo escribió UNANIMO Deportes: Era entonces Clemente un hombre completo y este astro del deporte mundial, se inmoló por los nicaragüenses 8 días después del terremoto que devastó Managua el 23 de diciembre de 1972, pudo imponer otros récords, pudo ganar más plata, pudo extender su prestigio por toda la Tierra, pero sintió el llamado de un pueblo al que estimaba, parte del cual lo vio durante la XX serie mundial de béisbol Nicaragua amiga 72. No sería ninguna especulación decir que este humanista, Roberto Clemente no pasó tranquilo la Noche Buena, allá en San Juan, aquel pueblo que vio en el estadio, en las calles y por donde anduvo con la selección de Puerto Rico era víctima de una tragedia o doble tragedia, con la del Somocismo y lo necesitaban. Y su capacidad de empatía colindaba con la calidad de su bateo, su asombroso fildeo y su brazo de alta precisión, y su enfoque poseía una profundidad de campo que desde su rectitud le permitía ver si un umpire o poderosa respetaba la zona de strike o juzgaba una bola mala como buena, y un foul lo trocaba en hit, por lo mismo el exmarine de los Estados Unidos, no confió en el general West Point, el puertorriqueño sentía en su corazón el dolor de los nicaragüenses, pero para el latino de Manhattan como se auto definía Anastasio Somoza, era otra oportunidad para enriquecer más a su familia”.
“Sí, Clemente no creyó que el dictador entregara las provisiones, las medicinas y otros auxilios a los sobrevivientes, quería cerciorarse él mismo de que los alimentos llegaran a las familias desamparadas, en el 1972 tras un devastador terremoto en Nicaragua, precisa D.D.L. Clemente comenzó a enviar paquetes llenos de provisiones y medicamentos para las víctimas tras enterarse de que sus paquetes habían sido tomados por el gobierno de Somoza, Clemente decidió ir a entregarlos él mismo, acompañado de otros amigos que compartieron su visión cristiana y humanitaria, Clemente partió desde Puerto Rico hacia Nicaragua el 31 de diciembre de 1972. Recuerda Miguel Boada Nájera, de Séptima Entrada que en esa fecha Clemente y 4 personas más abordaron un avión de carga cuatrimotor a hélice DC-7 en San Juan, Puerto Rico. Un avión que viajaría a Nicaragua y a las 21:22 horas la aeronave desapareció del radar, en ese avión iban el piloto Jerry Geisel, el copiloto Arthur Rivera, dueño del avión, la estrella de las ligas mayores, un amigo y un mecánico, quienes llevaban contenedores con alimentos, ropa y medicinas, que eran para los damnificados del terremoto que destruyó Managua el 23 de diciembre”, indicó.
“George Arfield de un despacho de la Associated Press, del 12 de enero del 73, desde la isla del encanto confirmaba otra triste noticia, con un titular que sobrepasaba lo impersonal, la impersonal nota periodística y resumía la grandeza de Roberto Clemente del tamaño del Atlántico, el mar será la tumba de Clemente, Roberto trascendió el béisbol, buscaba a dónde colocar la pelota porque exhibía un magnífico swing, una aguda vista perforaba los jardínes y no dejaba atrapar por nadie sus sueños, ni el engramado, ni en la época que le tocó vivir, era un ser con valores superiores, Roberto Clemente campeón de la humanidad”.
“Dice Edwin y decimos todos, y entregó su vida por Nicaragua, este es un extracto del artículo que vamos a estar publicando en los próximos días”, concluyó.