Un peso saludable no se trata de seguir una dieta o un programa. En cambio, implica un estilo de vida con patrones de alimentación saludables, actividad física regular y manejo del estrés.
Las personas con pérdida de peso gradual y constante (alrededor de 1 a 2 libras por semana) tienen más probabilidades de mantener su peso que las personas que bajan de peso rápidamente.
El sueño, la edad, la genética, las enfermedades, los medicamentos y los entornos también pueden contribuir al control del peso. Si le preocupa su peso o tiene preguntas sobre sus medicamentos, hable con su proveedor de atención médica.
Para empezar con su meta de bajar de peso, haga un compromiso: escriba por qué quiere bajar de peso. Escribirlo puede confirmar su compromiso. Ubique estos motivos donde sirvan como un recordatorio diario de por qué desea realizar este cambio. Por ejemplo, en la puerta de su refrigerador.
A continuación, examine su estilo de vida. Identifique las cosas que podrían plantear desafíos a sus esfuerzos para bajar de peso. Anote todo lo que come y bebe durante unos días en un diario de alimentos y bebidas.
Ser más consciente de lo que come y bebe le ayudará a evitar el consumo sin sentido. El seguimiento de la actividad física, el sueño y las emociones también puede ayudarlo a comprender los hábitos y factores estresantes actuales.
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Luego, establezca una meta alcanzable en cierto periodo de tiempo, un objetivo específico. Por ejemplo, “hacer más ejercicio” no es específico. Pero “Caminaré 15 minutos, 3 días a la semana durante la primera semana”, es específico y realista.
Establecer sus metas es primordial. Si usted se propone metas poco realistas, como perder 20 libras en 2 semanas, puede sentirse derrotado y frustrado.
Encuentre familiares o amigos que lo apoyen en sus esfuerzos por bajar de peso. Los compañeros de trabajo o vecinos con objetivos similares pueden compartir recetas saludables y planificar actividades físicas grupales.
Unirse a un grupo de pérdida de peso y visitar a un profesional de la salud, como un nutricionista, también le puede ayudar.
Revise las metas que estableció y evalúe su progreso con regularidad. Evalúe qué partes de su plan están funcionando y cuáles necesitan ajustes. Luego reescriba sus objetivos y planifique en consecuencia.
Reconozca cuando está alcanzando sus metas y siéntase orgulloso de su progreso. Use recompensas que no sean alimentos, como un ramo de flores frescas, una salida deportiva con amigos o un baño relajante. Las recompensas lo ayudan a mantenerse motivado en el camino hacia una mejor salud.