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Jingdezhen, la mundialmente famosa capital de la porcelana en la provincia de Jiangxi, este de China, vive y respira porcelana. Su relación con la cerámica se remonta a la dinastía Han (202 a. C.-220 d. C.) y la artesanía de los artesanos locales saltó a la fama en la dinastía Song (960-1279). La cultura de la cerámica ha vivido durante más de 2.000 años.
Toda una verdadera influencia si se toma en cuenta que en muchos países del mundo, los jóvenes suelen optar por las grandes urbes para iniciar sus negocios. Sin embargo, Jingdezhen, una pequeña ciudad única en la provincia oriental china, está atrayendo a más y más talentos con su encanto único y las posibilidades que ofrece para hacer realidad los sueños.
Guiados por la motivación algunos dicen que la porcelana Jingdezhen es “blanca como el jade, brillante como un espejo, delgada como el papel y suena como una campana”. Con sus formas elaboradas y técnicas sofisticadas, el arte de la porcelana Jingdezhen es ampliamente reconocido como una joya de la civilización china.
Durante más de 2.000 años, innumerables y exquisitas obras de alfarería han sido exportadas al mundo desde Jingdezhen, por lo que a esta ciudad se la conoce como la capital mundial de la porcelana.
Practicas milenarias en el gigante asiático
La primera parada en Jingdezhen debería ser el Museo de Costumbres Folklóricas y Hornos Antiguos en el distrito de Changjiang. El sitio con hermosos paisajes ofrece ideas básicas sobre la profunda historia y cultura de la porcelana en Jingdezhen.
En los últimos años, unas 30.000 personas han llegado a Jingdezhen para emprender sus negocios y establecer su residencia.
El sitio alberga hornos antiguos de la época imperial y equipos tradicionales para la fabricación de porcelana.
En el área de exhibición de costumbres populares de la cerámica, los visitantes pueden apreciar actuaciones musicales de artistas que utilizan instrumentos de cerámica, para los jóvenes amantes de la cerámica, sin importar de dónde vengan, les gusta reunirse en esta ciudad antigua para colocar un puesto en las ferias de artistas, abrir un estudio, dedicarse a la creación y disfrutar el ambiente cómodo y relajado que ofrece este lugar.