La Dirección de Cultura y Patrimonio Histórico Municipal de la Alcaldía de Managua celebró un emotivo homenaje musical a la talentosa cantante de música romántica Marina Cárdenas, con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento.
El tributo, a la también a la exconcejal de Managua, se llevó a cabo en la Casa de Cultura y Creatividad “Camilo Zapata”. Allí, el coro municipal “Marina Cárdenas” ofreció un conmovedor concierto de boleros, interpretando las canciones que la artista popularmente conocida como “La Gordita de Oro” había interpretado en vida.
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Pedro Pablo Castillo, director de Cultura y Patrimonio Histórico de la capital, recordó a Marina como una mujer sencilla y comprometida con su comunidad, resaltando su labor como servidora pública durante su tiempo en el Concejo Municipal de Managua. Castillo destacó su excepcional talento vocal y su trayectoria, la cual le valió más de 400 reconocimientos a nivel nacional e internacional.
Marina Cárdenas se convirtió en una de las mejores intérpretes del género romántico y fue reconocida por el gobierno sandinista durante su vida. Su sobrina, Blanca Barquero Espinales, expresó su gratitud a la Alcaldía por este homenaje, destacando la belleza de la voz de su tía y su gran corazón.
Isaura Ramírez Hernández, directora del coro “Marina Cárdenas”, mencionó que realizaron una cuidadosa selección de las canciones que la artista interpretó y grabó, incluyendo temas inéditos. Uno de los destacados fue “Sinceridad”, escrito por el compositor nicaragüense Rafael Gastón Pérez. Ramírez recordó que Marina cantaba “Romances” con una profunda conexión emocional. El coro también interpretó “Un amor de verdad”, una pieza original de Cárdenas.
De su biografía…
Nacida como Emma Marina Baltodano Espinales, Marina Cárdenas se destacó como una de las voces más privilegiadas del canto popular, siendo la primera cantante en presentarse en el Teatro Nacional Rubén Darío. Residía en el barrio Los Ángeles, cerca de la Iglesia El Calvario.
Originaria del barrio La Tejera de Managua, Marina completó su educación primaria en el Colegio “Evita Perón” y se dedicó inicialmente al comercio informal, vendiendo en las afueras del Teatro Luciérnaga. Tras el terremoto de Managua en 1972, estableció una pulpería y poco después comenzó su carrera artística. Curiosamente, se encontraba en el club nocturno Versalles durante el terremoto, lo que la salvó de un destino trágico en el club Plaza.
En 1967, los cantautores Luis Méndez de la Rocha y Gustavo Latino le dieron el apodo de “La Gordita de Oro”, que ella adoptó con gusto, llegando a confesar en una ocasión que prefería ese nombre a su nombre artístico.
