Los centros de salud llevan días respondiendo a las múltiples dudas que han surgido últimamente en torno a la vacuna del sarampión. Lo primero que aclaran los médicos es que no hay ninguna alerta sanitaria.
¿Cómo puedo saber si tengo que vacunarme frente al sarampión?
Para empezar, averigua si estás vacunado. Si tienes menos de 40 años has recibido, casi con total seguridad, las dos dosis recomendadas de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola), que se administra durante la infancia siguiendo las pautas del calendario de vacunación.
Pero si tienes entre 40 y 50 años ya no es tan probable que estés inmunizado frente a esta infección, ya que en los años 70 del siglo pasado la cobertura vacunal era muy irregular.
En segundo término, consulta a tu familia o intenta recordar si has pasado la enfermedad, que a efectos prácticos confiere una protección frente a la infección equivalente a la vacunación. Por eso, dado que las tasas de sarampión eran mucho más elevadas antes de 1970 debido a la ausencia del sistema de inmunización en esa época, se asume que una proporción muy significativa de los mayores de 50 años han padecido la enfermedad y no necesitan la vacuna.
En conclusión: si tienes entre 40 y 50 años y no estás vacunado frente al sarampión ni has padecido esta infección vírica (o no tienes modo de saberlo) sería conveniente que comentaras con tu médico la posibilidad de recibir las dos dosis de la triple vírica.
La vacuna del sarampión no puede suministrarse a mujeres embarazadas. Algunas vacunas son aptas para las gestantes e incluso son muy recomendables para evitar problemas de la madre o el feto. Pero este no es el caso de la triple vírica.