A partir del año 2001, cada 15 de febrero se celebra el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer Infantil. Su objetivo es el de concienciar a la sociedad sobre esta enfermedad y para tratar de que todos los niños del mundo tengan acceso a un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Organizaciones de todo mundo así como instituciones públicas y privadas emplean el lazo dorado para expresar su apoyo y solidaridad en la lucha contra el cáncer infantil.
Como su nombre lo dice, el cáncer infantil o pediátrico afecta a niños y a jóvenes. A diferencia del cáncer en adultos, las causas del cáncer infantil son todavía desconocidas. La leucemia, los tumores de sistema nervioso, de hueso, de sistema linfático y de hígado, son los tipos de cáncer infantil más comunes.
El diagnóstico de cáncer en un niño es una de las noticias más devastadoras que puede recibir una familia. “¿Por qué nuestro hijo?”, nos preguntamos con una mezcla de miedo, dolor e incertidumbre.
Aunque se ha avanzado mucho en el diagnóstico y en el tratamiento, en los países desarrollados el cáncer continúa siendo la primera causa de muerte por enfermedad en los niños. A pesar de esto, el cáncer infantil se considera una enfermedad rara y se enfrenta a tres grandes problemas: el aislamiento social de los pacientes y sus familias, los insuficientes recursos económicos destinados a la investigación y la falta de especialización que hace que la oportunidad de acceder al conocimiento más avanzado no sea igual en todo el mundo.
El cáncer infantil asocia tres grandes problemas: el aislamiento social de los pacientes y sus familias que, desde el momento del diagnóstico les acompaña a muchos de ellos durante toda su vida, los insuficientes recursos económicos destinados a la investigación y la falta de especialización, que hace que la oportunidad de acceder al conocimiento más avanzado no sea igual en todo el mundo para los niños que enferman de cáncer.
Es imposible prevenir el cáncer en los niños, pero es posible mejorar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos. Y eso solo se logra gracias a la investigación. Un diagnóstico temprano es de gran importancia y debe ser preciso y tratado por especialistas.
Un niño, a pesar de estar enfermo de cáncer, necesita tener una vida lo más normal posible. Para sentirse bien y animado necesita socializar, jugar y desarrollarse, por lo que el trato debe ser igual al de otros niños sin la enfermedad. Con tratamientos efectivos y aplicados de manera temprana, la mayoría puede curarse. El objetivo debería ser proporcionar a todos los niños y adolescentes con cáncer la oportunidad de tener un mejor pronóstico y una mayor calidad de vida.