Este 21 de septiembre se cumplen 64 años del ajusticiamiento del dictador Anastasio Somoza García por parte del Héroe Nacional, Rigoberto López Pérez; una acción heroica que dio inicio al fin del somocismo en Nicaragua.
Rigoberto pasó a la inmortalidad el 21 de Septiembre de 1956; y ha sido homenajeado en muchos lugares históricos del municipio y del departamento de León. El Héroe que estaba seguro que en eso le iba a costar la vida, pero también sabía que su sacrificio valdría la pena.
Rigoberto López Pérez, nació el 13 de mayo de 1929 en la ciudad de León. Sus primeros estudios, como sastre, los cursó en el hospicio de San Juan de Dios, donde había sido internado por mediación de su padrino el sacerdote Agustín Hernández.
Luego ingresó en la Escuela de Comercio Silviano Matamoros para estudiar Redacción y Taquimecanografía. Su afición por el mundo de las letras lo llevó a estudiar obras revolucionarias y conocer gestas como las llevadas adelante por los cubanos en 1953, cuando comenzaron su lucha liberadora que desembocaría en el triunfo de la Revolución cubana en 1959, liderada por Fidel Castro.
El 21 de septiembre de 1981, 25 años después de la muerte de Rigoberto, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de la República de Nicaragua le otorgó mediante el Decreto No. 536 el título de Héroe
Ese día en la tarde, Rigoberto se dedicó a estar con su madre a la que leyó el poema Confesión de un Soldado, después se vistió con una camisa blanca y un pantalón azul, su madre diría después que:
“Quería morir con los colores de la bandera nacional en su cuerpo”
Con tan solo 27 años vivió este poeta nicaragüense. A tan corta edad, comprendió que debía hacer algo por la libertad de toda Nicaragua. Su sacrificio fue un hecho que significó la transformación de la historia de Nicaragua, de esta manera movió conciencias y despertó corazones.
Aficionado a la poesía, la lectura y a la música ya durante su estancia en el hospicio destacó por su afición a la lectura entre las obras que leía destacaban las de Rousseau; José Enrique Rodó y Rubén Darío. Así como Antenor Sandino Hernández.
Los partidarios de la lucha contra la dictadura de los Somoza vieron en el ajusticiamiento del dictador una acción heroica de un “patriota ejemplar”. Años después, en 1961, y se fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN); y Rigoberto López fue un ejemplo a seguir por sus militantes y partidarios, aunque el FSLN no existía aún en 1956.