Una niña que pesaba 1.310 kilogramos, se convirtió hoy en la bebé más pequeña del mundo a la que se le practicó una ablación cardiaca, luego que el problema que presentaba en el corazón, no respondió a los tratamientos con fármacos, informaron medios locales.
Según Excelsior, la bebé sufría una taquicardia incesante, lo que causaba que su corazón latiera hasta 300 pulsaciones por minuto, cuando lo habitual es 150, un problema que fue detectado desde que tenía 20 semanas de gestación.
Los cardiólogos del Hospital Universitario Miguel Servet intentaron combatir la taquicardia suministrando a la madre varios fármacos antirritmicos, para que la bebé recibiera el medicamento en el útero materno y alargar el embarazo hasta la semana 30.
Debido a que la bebé, que nació pesando solo 1.310 kilogramos, no presentaba mejoría y podría perder la vida, fue sometida, el 4 de enero pasado, a una ablación cardiaca por cardiólogos del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, el único de España que cuenta con tecnología de última generación para realizar cateterismos cardíacos a niños prematuros e incluso a fetos.
De acuerdo con un comunicado del hospital, la técnica consiste en introducir un catéter por la ingle del paciente y lo conducen a través de la vena femoral hasta el corazón, donde se aplicará radiofrecuencia para destruir el tejido eléctrico del corazón responsable de la arritmia.
Esta intervención en un bebé prematuro tiene gran dificultad y requiere de gran precisión, ya que la vena por la que se introduce el catéter tiene menos de un milímetro de diámetro y el corazón del menor mide sólo dos centímetros.
Raquel y Alfonso, padres de María, han expresado este martes en la rueda de prensa su agradecimiento a los profesionales de los hospitales Miguel Servet y Sant Joan de Déu, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), que han atendido el embarazo, el parto y la operación de la niña. Han resaltado el “gran trato humano” recibido. “Hay que quedarse con lo positivo de esta experiencia tan dura que hemos vivido”, dice la madre.
A partir de ahora, María deberá pasar controles clínicos periódicos hasta llegar a la edad adulta, si bien los doctores han considerado que está curada y que las complicaciones tardías no son probables, dada la experiencia que tienen de los últimos veinte años en la Unidad de Arritmias.