El taller de Joyería y artesanía, ubicado en carretera norte, tiene como propietario a don Carlos Montenegro, un ex miembro de la Policía Nacional, quien es un discapacitado de guerra, que en la actualidad decidió realizar este emprendimiento familiar, para promover los valores del trabajo digno.
Este proyecto de emprender un negocio dio inicio luego que don Carlos se retirará de la Policía Nacional; una joyería fue el motor de arranque y dio pie para continuar realizando más trabajos artesanales, que a Montenegro lo inspiraran y trasladara a sus momentos favoritos. Es así como decidió extenderse con la elaboración de broches, pines, placas de reconocimientos, entre otras cosas.
Lidia nos cuenta que su padre, luego de ser invitado por la asociación ODISPA-MIGOB comprendió que este negocio era para compartir con los demás compañeros combatientes, que también querían emprender y podrían complementarse en el trabajo. La familia de don Carlos ayuda en la preparación del trabajo y la atención del mismo; su hermana realiza grados, su hija atiende el negocio, él realiza los broches y sus compañeros combatientes, realizan el bordado, y complementan lo que hace falta.
Historias como las de don Carlos, son las que nos inspiran a continuar con nuestro día a día, también es una motivación para otras personas que presenten cualquier tipo de discapacidad a seguir adelante y emprender sus metas y sueños.