Noah Connell nació de manera inesperada en mayo de 2017 en Glasgow, Reino Unido. El niño nació con múltiples condiciones de salud que sorprendieron a los doctores y bautizaron a su cuadro de afecciones como «Síndrome de Noah».
Noah debió afrontar 11 operaciones, el pequeño nació sin parte de su columna vertebral, una mandíbula subdesarrollada, paladar hendido, cuello pequeño y vías respiratorias flácidas. También se convirtió en el primer bebé en el Reino Unido al que se le insertó un «andamio de metal» en la cara, informa el Daily Record.
Noah también sufre microsomía hemifacial, lo que significa que la mitad inferior de un lado de su cara está subdesarrollada y significa que si algo entra en su boca, incluyendo agua, podría matarlo.
Noah asombra con el logro de hitos que su mamá y su papá, pensaron que nunca vería. Jade, la madre de 23 años del chico, sostuvo: «Los últimos cinco años pasaron como si fueran seis meses. Fue una emoción enorme verlo con su uniforme».
«He estado llorando y habrá lágrimas cuando lo despidamos porque desafió todos los pronósticos, incluso los nuestros», reconoce feliz.
Y revela: «Sigue aprendiendo a hacer más y más y demostrando que todos están equivocados. Estamos muy orgullosos, abrumados por el orgullo».
A pesar de las numerosas cirugías a las que se ha tenido que intervenir Noah, podrá ir a la escuela y se reunirá con sus compañeros de clase en la escuela primaria Kelbourne Park, Glasgow. «He estado llorando y habrá lágrimas cuando lo despidamos porque desafió todos los pronósticos, incluso los nuestros», reconoce la madre de Noah.