El jonrón de las Grandes Ligas cumple 144 años, el equivalente al gol en el fútbol, acciones que despiertan pasiones y dan también un toque épico si con ellos se decide un juego.
Su autor fue el toletero Ross Barnes, que jugando con Chicago castigó al lanzador de los Rojos Cherokee Fisher con un estacazo por encima de las cercas del jardín izquierdo.
El camino del vuelacerca desde entonces ha sido pavimentado con el desarrollo de elementos técnicos:
- Con más ejercicios
- Mejores materiales en la madera de los bates
- Una pelota más viva, haciendo que el toletazo provoque arranques de locuras en los aficionados.
En 2019 los equipos de las Grandes Ligas terminaron con un récord histórico de jonrones con 6,776 bambinazos en la temporada; un 11% más que el establecido en 2017 con 6,105.
El récord de jonrones para una temporada lo tiene Barry Bonds, con 73 en 2001 con los Gigantes de San Francisco.
El año pasado, los líderes de la temporada fueron el novato Pete Alonso (Mets, con 53) en la Liga Nacional y el cubano Jorge Soler (Reales, 48) en la Americana.
La hazaña de Barnes fue en la entonces recién inaugurada Liga Nacional. Barnes solo quería despachar un sencillo; pero su toletazo levantó de sus asientos a los 4,000 espectadores que cabían en esa época en el estadio Cincinnati Avenue Grounds.
Ese fue el primer cuandrangular en las Mayores y el único de Barnes en toda la temporada. También fue el primero de dos que Barnes conectó en su carrera.
Fue así el nacimiento de una de las hazañas más impresionantes que pueden celebrar los fanáticos del béisbol en un partido.
Además es, como lo describen los toleteros cuando sacan la pelota del parque, “la mejor sensación que el universo puede ofrecer”.
La delicia del “gol” en Grandes Ligas
Así lo han comparado muchos seguidores del deporte, ya que tanto el gol en el fútbol como el jonrón en el béisbol despiertan celebraciones que rayan en la locura cuando se producen.