Las gemelas alemanas Alice y Ellen Kessler, reconocidas por su trayectoria en la danza, el canto y los instrumentos musicales de sus espectáculos, fallecieron a los 89 años en Grünwald, cerca de Múnich. La policía confirmó este martes su muerte como un “suicidio conjunto o asistido”, respaldado por la Sociedad Alemana para una Muerte Digna.
Las gemelas Kessler iniciaron su formación artística desde niñas y formaron parte del ballet infantil de la Ópera de Leipzig. En 1952, con apenas 16 años, su familia abandonó Alemania Oriental para instalarse en Alemania Occidental. Allí destacaron en un teatro de revista y llamaron la atención de productores europeos.
En 1955, el director del cabaret Lido de París las descubrió y las invitó a sumarse a la prestigiosa compañía. Esa oportunidad impulsó su proyección internacional y consolidó su presencia en el espectáculo europeo. En los años 60 giraron por el mundo, se establecieron en Roma y trabajaron con Astaire, Sinatra y Belafonte.
Aunque recibieron propuestas del cine estadounidense, las hermanas seleccionaron con cautela sus proyectos. En 1964 rechazaron Viva Las Vegas por no encasillarse en musicales estadounidenses. Siempre defendieron su libertad artística y su identidad escénica. Su disciplina y profesionalismo les permitió mantenerse vigentes por décadas.
Antes de cumplir 80 años, Alice destacó la importancia del vínculo entre ambas para sostener una carrera tan extensa. “Ser un dúo solo nos aporta ventajas. Unidas somos más fuertes”, afirmó en una entrevista. Valoraban gratitud, humildad y disciplina diaria. Su unión fue constante tanto en el escenario como fuera de él.
En abril de 2024 revelaron al diario Bild su deseo de descansar juntas tras su muerte. Habían estipulado en sus testamentos que sus cenizas se colocaran en una misma urna junto a las de su madre y su perro. Su legado artístico continúa vigente y su influencia permanece en el mundo del espectáculo. Alice y Ellen Kessler dejan una huella que trasciende generaciones.










