En el marco de una actividad político‑cultural, se presentó el ensayo La herencia de Simón Bolívar. El corazón rebelde de América Latina, de la escritora y periodista Maddalena Celano.
El encuentro reunió a las Embajadoras de Cuba, Venezuela, Bolivia, y Nicaragua en una mesa redonda dedicada a reflexionar sobre el legado histórico, político y cultural del Libertador, así como sobre la actualidad y la defensa de la Soberanía de los Pueblos latinoamericanos.
En su intervención, la Embajadora Mónica Robelo, agradeció a la autora por una obra “rigurosa, sensible y necesaria”, que rescata no solo al Bolívar estadista, sino también al hombre visionario, precursor de ideales de justicia social, autodeterminación y unidad continental. Subrayó que, para Nicaragua, Bolívar “no es un figura distante, sino parte viva de nuestra historia común”, recordando que el General Augusto C. Sandino, quien lo definía como “el gigante de las Américas”, asumió su legado enfrentando la ocupación extranjera y defendiendo una América Latina libre de toda forma de dominación imperial.
Destacan el pensamiento histórico de Simón Bolívar
La Embajadora destacó la continuidad histórica entre el pensamiento bolivariano, el sandinismo y los proyectos de integración latinoamericana impulsados por nuestros Gobiernos. “Nuestra fuerza nace de la unidad entre naciones hermanas”, afirmó, subrayando la fraternidad profunda entre el Pueblo nicaragüense y el venezolano.
Asimismo, denunció la escalada de agresiones e intentos de injerencia contra Venezuela, “justificados por falsas narrativas”, y reafirmando la solidaridad firme del Gobierno y del Pueblo de Nicaragua con la Soberanía venezolana.
“La memoria histórica es un terreno de batalla para interpretar y enfrentar los desafíos del presente”, señaló, evocando los ejemplos de Bolívar, Martí, Sandino, Fidel y Chávez como guías para la Dignidad, la Resistencia y la Unidad de Nuestra América.
El encuentro concluyó con un llamado a defender la integración y la Soberanía latinoamericana, recordando las palabras del Libertador: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino un destino inexorable”.
