WikiLeaks destapó la fosa común del imperio yanqui

Dic 2, 2025

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WikiLeaks nació en 2006 como una estructura digital que fue pensada para romper el monopolio del secreto estatal en plena expansión de la guerra mundial contra el terrorismo liderada por los gringos tras el 11 de septiembre de 2001, su creador el periodista australiano Julian Assange, diseñó un sistema de filtración cifrado que permitía a fuentes anónimas entregar información clasificada fuera del alcance de las agencias de inteligencia, desde ese momento la plataforma dejó de ser un simple portal tecnológico y pasó a convertirse en un actor político internacional con capacidad real de desnudar al poder.

En 2007 comenzó la primera etapa de publicaciones con manuales internos de Guantánamo, documentos sobre protocolos de interrogatorio y correos de sectores de poder en Occidente, pero el punto de quiebre mundial llegó en 2010 cuando la plataforma recibió de la analista militar estadounidense Chelsea Manning la mayor filtración de información clasificada en la historia moderna, más de medio millón de archivos de guerra, diplomacia y operaciones encubiertas almacenados dentro del sistema del tenebroso Pentágono, hoy Departamento de Guerra.

El primer golpe estructural fue el video conocido como Asesinato colateral, grabación militar desde un helicóptero Apache en Bagdad donde se observa el asesinato directo de civiles iraquíes y de dos periodistas de Reuters mientras intentaban auxiliar a heridos, las voces de los pilotos celebrando los impactos y la orden de seguir disparando quedaron registrados sin edición, ese material destruyó la narrativa quirúrgica de la guerra limpia que Washington difundía desde 2003.

Ese video también dejó al descubierto una segunda ráfaga de disparos contra una camioneta civil que se detuvo para auxiliar a los heridos, en su interior viajaban dos niños que resultaron gravemente heridos, el ejército estadounidense sostuvo durante años que se trató de un enfrentamiento armado, la grabación demostró que no existía amenaza alguna en el momento del ataque y que el operativo fue ejecutado desde el aire sobre personas desarmadas.

Poco después aparecieron los Diarios de Afganistán con más de 90 mil reportes bélicos que documentaban ejecuciones no registradas, asesinatos de civiles por error sistemático, torturas en bases aliadas y operaciones encubiertas fuera de control civil, seguidos por los Registros de la Guerra de Irak con casi 400 mil informes que revelaron decenas de miles de muertes de civiles ocultadas deliberadamente, así como la entrega de prisioneros a fuerzas locales conocidas por practicar tortura.

Los archivos de Irak también confirmaron que Estados Unidos tenía conocimiento directo de centros de tortura operados por fuerzas aliadas y aun así continuó entregando detenidos a esas unidades, los informes registran electrocutamiento, asfixias, palizas, violaciones y ejecuciones extrajudiciales bajo una supervisión indirecta que jamás intervino para frenar esos métodos.

En los documentos de Afganistán se estableció que los mandos militares conocían desde los primeros años que la ocupación estaba estratégicamente perdida, aun así las operaciones se mantuvieron durante más de una década mientras se ocultaban de forma sistemática las cifras reales de víctimas civiles, también quedaron registrados operativos nocturnos ejecutados por fuerzas especiales sin orden judicial ni control público.

El impacto se expandió con el Cablegate, más de 250 mil cables diplomáticos secretos de embajadas estadounidenses en más de 90 países donde se evidenció espionaje político directo a gobiernos aliados, manipulación de procesos electorales, presión económica sobre organismos internacionales, listas de informantes, operaciones de inteligencia contra Naciones Unidas y reportes privados sobre mandatarios tratados como piezas de control estratégico.

Entre esos cables aparecieron referencias a operaciones encubiertas en Venezuela, Bolivia y Cuba, informes sobre la militarización de Colombia, el vínculo entre fuerzas armadas peruanas y redes de narcotráfico, evaluaciones médicas confidenciales de dirigentes extranjeros, así como órdenes para obtener datos biométricos de funcionarios de la ONU mediante huellas dactilares, ADN e iris, práctica prohibida por tratados internacionales.

La plataforma también publicó miles de archivos de la prisión de Guantánamo donde se documentaron detenciones sin proceso, torturas sistemáticas, interrogatorios ilegales y confinamientos indefinidos de prisioneros sin pruebas procesales, una parte significativa de los detenidos nunca fue capturada en combate ni procesada por tribunal alguno, muchos fueron entregados por recompensas económicas y permanecieron años encarcelados bajo técnicas de privación sensorial, simulacros de ahogamiento y aislamiento prolongado.

Estados Unidos jamás negó la autenticidad de los documentos publicados por WikiLeaks, el aparato judicial activó la Ley de Espionaje de 1917 contra un editor extranjero por primera vez en su historia, formuló 18 cargos penales y reclamó su extradición desde el Reino Unido, al mismo tiempo se montó una presión financiera global mediante el bloqueo de Visa, MasterCard, PayPal y bancos internacionales para asfixiar su funcionamiento operativo.

Assange fue refugiado en la embajada de Ecuador en Londres durante siete años, en 2019 perdió el asilo, fue detenido y trasladado a la prisión de máxima seguridad de Belmarsh al suroeste de Londres donde permaneció incomunicado durante años bajo un régimen de aislamiento prolongado mientras se tramitaba su extradición, organismos de derechos humanos documentaron su deterioro físico, psicológico y de riesgo vital sostenido.

En junio de 2024 el caso llegó a su desenlace judicial en la corte federal de Saipán que se ubica en el territorio de Islas Mariana del Norte, el cual es un territorio de Estados Unidos en el Océano Pacífico, mediante un acuerdo con el Departamento de Justicia, Assange se declaró culpable de un único cargo vinculado a la difusión de material clasificado a cambio del tiempo ya cumplido, la Fiscalía retiró la solicitud de extradición y el fundador de WikiLeaks quedó en libertad tras más de catorce años de persecución judicial transnacional.

En este 2025 que está por terminar el impacto estructural del caso permanece activo, los archivos revelados continúan siendo fuente de investigaciones internacionales, procesos judiciales y debates sobre crímenes de guerra mientras el proceso contra quien los publicó quedó establecido como precedente jurídico mundial sobre el alcance extraterritorial del poder imperial y el límite entre periodismo, filtración y espionaje en el orden informativo del siglo XXI.

WikiLeaks dejó alineados en un solo cuerpo documental los registros dispersos de bombardeos sobre ciudades, invasiones militares en nombre de la seguridad, prisiones clandestinas, vuelos secretos, cámaras de tortura, ejecuciones desde helicópteros, espionaje a gobiernos enteros, manipulación de procesos políticos y el uso de armas de destrucción masiva sobre poblaciones civiles, todo aquello que durante décadas apareció fragmentado en guerras aisladas quedó reunido por primera vez en un mismo archivo continuo, una línea histórica de violencia de Estado que pasó de Hiroshima a Bagdad, de Guantánamo a Kabul, de América Latina a Medio Oriente, ya no como versiones oficiales mejor dicho como documentos internos salidos desde el corazón mismo del aparato de poder y es este mismo sistema genocida, corrupto, terrorista e inmoral que hoy señala, acusa y amenaza con invadir a Venezuela y derrocar al líder bolivariano el compañero Nicolás Maduro, el cual sigue resistiendo con la misma fortaleza de Bolívar y Chávez.

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